Si alguna vez te has sentido frustrado en tu rol de líder, no estás solo. Liderar no es una tarea fácil, y muchas veces, cuando las cosas no salen como esperamos, esa frustración puede volverse abrumadora. Tal vez sentís que no lograrás conectarte con tu equipo, que las metas que te proponés no se cumplen o que no podrás generar el impacto que te gustaría. Es una sensación que puede llevar a la desmotivación, y lo peor es que, si no la gestionás a tiempo, podrás transmitirla a tu equipo, afectando a toda la organización.
Esa frustración puede tener una explicación científica. La neurociencia nos dice que cuando estamos bajo presión o estrés, nuestro cerebro entra en un modo de «supervivencia». Esto significa que nuestras capacidades cognitivas para tomar decisiones, analizar problemas de manera creativa o conectarse con los demás se ven afectados. Si te sientes frustrado, es posible que estés actuando desde ese modo, lo que puede explicar por qué te cuesta tanto avanzar o encontrar soluciones. El problema es que, cuanto más tiempo permanezcamos en ese estado, más difícil será salir de él.
La buena noticia es que la neurociencia también nos ofrece herramientas para salir de ese ciclo. Un concepto clave es la neuroplasticidad, que se refiere a la capacidad que tiene nuestro cerebro para cambiar y adaptarse. Esto significa que no importa cuán frustrado o bloqueado te sientas ahora, podrás reconfigurar tu cerebro para liderar de manera más efectiva. Un ejercicio que podés implementar es el de la pausa consciente. Antes de tomar una decisión importante o de reaccionar ante un problema, tómate unos minutos para respirar profundamente y calmar tu mente. Esto ayudará a que tu cerebro salga del modo de supervivencia y puedas pensar con mayor claridad.
Otra herramienta poderosa es el «reencuadre». Cuando nos sentimos frustrados, solemos ver los problemas desde una perspectiva negativa o limitada. El reencuadre te invita a mirar la situación desde otro ángulo. Preguntate: ¿Qué puedo aprender de esta experiencia? ¿Cómo puedo transformar este obstáculo en una oportunidad para crecer? Al hacerlo, estarás activando áreas de tu cerebro relacionadas con la creatividad y la resolución de problemas.
También es importante rodearte de un equipo de apoyo. No tenés que hacer todo solo. Un buen líder sabe cuándo pedir ayuda y cómo apoyarse en su equipo para superar los desafíos. La frustración puede ser un gran maestro si sabe cómo manejarla. Usá la neurociencia a tu favor para entender cómo funciona tu cerebro bajo presión y empezá a implementar prácticas que te ayudarán a liberar esa carga ya liderar con más claridad y efectividad.